Perorata
Si quisiéramos darle un toque de tristeza, aun mas de la que de por si conlleva todo el asunto, pudiéramos referirnos a las nubes grises que nos acompañaron en ese inentendiblemente silencioso y largo trecho. A veces los vacíos son hondos, y las palabras huecas. Siempre sera mejor otorgar silencios.
A través de los anos he conocido a tantos que ya ni los recuerdo. Y si los recordase, no serian mas que rostros borrosos, erosionados por el tiempo y la ausencia. Y todavía siguen muchos uniéndose a las filas de los desterrados al olvido. Aun quienes prometieron en vano.
Y por otro lado están quienes jamas prometieron. De quienes nunca hubo siquiera una despedida. Tal vez porque no era necesaria. Esos, sorpresivamente permanecen.
Cuando dijiste que me veía tranquilo, pienso que no fue la palabra apropiada. Lo digo por tu gesto. Quizá no quisiste pecar de imprudente al decir otra cosa. Pero si, te habrás dado cuenta que la vida pesa. Que las alegrías van disminuyendo con los anos, hasta extinguirse. No entiendo que quiere decir tranquilo. Y he cavilado mucho sobre esas palabras, créeme que si. Pero no consigo explicármelas a mi mismo. Tal vez lo que percibes es ese aburrimiento eterno, ese presente tan lleno de nada. Esa prisión de las circunstancias actuales, que no mejoran ni empeoran, sino son exactamente las mismas todos los días. La monotonía. La rutina que carcome, la abulia como diría Liendo.
Al final no somos mas que un montón de cortesanos en esta mascarada. Todo depende cual mascara llevaba ese día, sin duda no la mas convincente. También percibo que la tuya tenia fisuras, pero no era de mi incumbencia inquirir los por que, o incluso hacer comentarios que te pusieran a pensar, como los tuyos. Que si recuerdo correctamente, fueron mas de uno. Debí terminar exhausto de evadir preguntas, de darles la vuelta, de no hablar de mi. Pero es que no tengo nada interesante que contar. No hurgues, es mejor así. Hay demasiada pudrición.
Estos días parecen siglos. Todos tan iguales que es casi imperceptible si ya los he vivido, o los estoy viviendo de nuevo. Todos con sus mismos personajes. Esos que perturban mi intranquilidad. Esos que molestan a lo mejor sin intención, pero que lo hacen a uno desear el poder ir por la vida con el derecho a ser descortés.
Hay un hecho innegable, y es que esta etapa culmino. Ya se va convirtiendo en ese levantarse de la cama sin ningún propósito. Consumir horas y horas de despropósito, de inutilidad. Así es como las ilusiones se van calcinando en el fuego de la desidia absoluta. Es como un suicidio espiritual. Pero que se experimenta cada día, cuando comienza la jornada con un "Que sera lo que voy a hacer hoy?"
Ojala nunca te pase. Y si llegara a pasarte, asegúrate que por lo menos logres superarlo antes que te hagas inerte ante la misma fatiga mental, y continúes con vida, pero muriendo de a poco.
A través de los anos he conocido a tantos que ya ni los recuerdo. Y si los recordase, no serian mas que rostros borrosos, erosionados por el tiempo y la ausencia. Y todavía siguen muchos uniéndose a las filas de los desterrados al olvido. Aun quienes prometieron en vano.
Y por otro lado están quienes jamas prometieron. De quienes nunca hubo siquiera una despedida. Tal vez porque no era necesaria. Esos, sorpresivamente permanecen.
Cuando dijiste que me veía tranquilo, pienso que no fue la palabra apropiada. Lo digo por tu gesto. Quizá no quisiste pecar de imprudente al decir otra cosa. Pero si, te habrás dado cuenta que la vida pesa. Que las alegrías van disminuyendo con los anos, hasta extinguirse. No entiendo que quiere decir tranquilo. Y he cavilado mucho sobre esas palabras, créeme que si. Pero no consigo explicármelas a mi mismo. Tal vez lo que percibes es ese aburrimiento eterno, ese presente tan lleno de nada. Esa prisión de las circunstancias actuales, que no mejoran ni empeoran, sino son exactamente las mismas todos los días. La monotonía. La rutina que carcome, la abulia como diría Liendo.
Al final no somos mas que un montón de cortesanos en esta mascarada. Todo depende cual mascara llevaba ese día, sin duda no la mas convincente. También percibo que la tuya tenia fisuras, pero no era de mi incumbencia inquirir los por que, o incluso hacer comentarios que te pusieran a pensar, como los tuyos. Que si recuerdo correctamente, fueron mas de uno. Debí terminar exhausto de evadir preguntas, de darles la vuelta, de no hablar de mi. Pero es que no tengo nada interesante que contar. No hurgues, es mejor así. Hay demasiada pudrición.
Estos días parecen siglos. Todos tan iguales que es casi imperceptible si ya los he vivido, o los estoy viviendo de nuevo. Todos con sus mismos personajes. Esos que perturban mi intranquilidad. Esos que molestan a lo mejor sin intención, pero que lo hacen a uno desear el poder ir por la vida con el derecho a ser descortés.
Hay un hecho innegable, y es que esta etapa culmino. Ya se va convirtiendo en ese levantarse de la cama sin ningún propósito. Consumir horas y horas de despropósito, de inutilidad. Así es como las ilusiones se van calcinando en el fuego de la desidia absoluta. Es como un suicidio espiritual. Pero que se experimenta cada día, cuando comienza la jornada con un "Que sera lo que voy a hacer hoy?"
Ojala nunca te pase. Y si llegara a pasarte, asegúrate que por lo menos logres superarlo antes que te hagas inerte ante la misma fatiga mental, y continúes con vida, pero muriendo de a poco.
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