Aprovechando que nadie me lee.
Hace mucho escribí acá por última vez. Es un mecanismo de autodefensa cuando siento que el mundo se me derrumba, y la mayoría de las veces me ha ayudado un poco. Recurría a ello en mis aciagos días como empleado público, que hoy vienen a mi memoria como un fatuo momento de insanidad, como una experiencia única de crecimiento personal durante la cual el aprendizaje más valioso quizá haya sido demostrarme a mí mismo que la maldad existe, y se disfraza de buenos amigos. Al menos eso creía el cándido Juancho de quienes le rodeaban. Solo el tiempo determinará si mi juicio es justo. Afortunadamente ese capítulo ha finalizado, y estoy muy cerca de redactar nuevas y mejores historias. Desde ese 14 de diciembre de 2012 han pasado demasiadas cosas. Asumí primeramente que no era una decisión descabellada, pues mas decabellado parecía consumirme día tras día en una tristeza inexplicable, una insatisfacción perenne. Lloré muchas veces como una niña desconsolada. Era el único escape ante la impotencia de sentirme preso de mis propas malas decisiones, de mi confianza extrema en la falsedad de las personas y de mi falta de carácter para asumir un cambio de actitud. Han sido días duros, no lo digo como autocompasión, sino convencido de que he recibido fortaleza de lo alto para mantenerme en pie. Vienen días mejores.
Hoy me trae aquí otra tristeza, de esas inexplicables. De esas de las que uno siempre se queja en las películas porque un ser racional no se puede sumir en ese tipo de autodestrucción. Pero hoy cavilaba respecto a ello, y entendí que aquello en lo que uno dice no creer es porque probablemente cree con demasiada intensidad.
Me cuestiono el que me haya sucedido, principalmente porque siempre estuve en negación respecto a algo que he sabido desde que puedo recordar, pero que la moral y el decoro, los convencionalismos sociales y lo "políticamente correcto" no avalan. Yo decidí autorizarme a ello, con todos los miedos. Fui tanteando el terreno, como quien pisa un suelo minado, con la misma adrenalina del peligro dirigiendo mis pasos, y esperando que explotase alguna repentinamente ante un paso en falso. Y como no sucedió, seguí adelante, con todos los peligros que implicaba. Tarde me di cuenta que ya estaba muy lejos para devolverme.
Y es que esa sensación de peligro hasta me gusta. Lo que no me gusta es la unilateralidad del juego. Es una constante en mi vida, aunque las respuestas han sido mas positivas esta vez, lo cual me hace pensar que no es mala suerte, sino desconocimiento, o mas bien el deliberadamente ignorar que podía y quería, pero buscaba en dirección contraria porque era lo que había aprendido, internalizado y comprobado cierto (al menos hasta el momento).
La vida misma se encargará de abofetearme o desafiarme a escoger lo que he descubierto.
-FIN-
Hoy me trae aquí otra tristeza, de esas inexplicables. De esas de las que uno siempre se queja en las películas porque un ser racional no se puede sumir en ese tipo de autodestrucción. Pero hoy cavilaba respecto a ello, y entendí que aquello en lo que uno dice no creer es porque probablemente cree con demasiada intensidad.
Me cuestiono el que me haya sucedido, principalmente porque siempre estuve en negación respecto a algo que he sabido desde que puedo recordar, pero que la moral y el decoro, los convencionalismos sociales y lo "políticamente correcto" no avalan. Yo decidí autorizarme a ello, con todos los miedos. Fui tanteando el terreno, como quien pisa un suelo minado, con la misma adrenalina del peligro dirigiendo mis pasos, y esperando que explotase alguna repentinamente ante un paso en falso. Y como no sucedió, seguí adelante, con todos los peligros que implicaba. Tarde me di cuenta que ya estaba muy lejos para devolverme.
Y es que esa sensación de peligro hasta me gusta. Lo que no me gusta es la unilateralidad del juego. Es una constante en mi vida, aunque las respuestas han sido mas positivas esta vez, lo cual me hace pensar que no es mala suerte, sino desconocimiento, o mas bien el deliberadamente ignorar que podía y quería, pero buscaba en dirección contraria porque era lo que había aprendido, internalizado y comprobado cierto (al menos hasta el momento).
La vida misma se encargará de abofetearme o desafiarme a escoger lo que he descubierto.
-FIN-
Ud. cree que nadie lo lee...
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