Utopías varias, realidades pocas.
"...Pero solamente cuando acabaron de limpiarlo
tuvieron conciencia de la clase de hombre que era, y entonces se quedaron sin
aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el más viril y el mejor armado
que habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía
en la imaginación."
Esteban. Así llaman las mujeres del pueblo al ahogado más hermoso
del mundo. Ese que llevó a toda una comunidad a cambiar de paradigma, a soñar
en grande y trabajar en grande por algo distinto y mejor. No he podido dejar de
pensar en esa historia desde hace un par de días, principalmente porque cierto
Esteban no me admite recursos lingüísticos suficientes para describirlo. Es, en
alguna manera, como el desconocido que llega a las playas a reinventar la vida
de los lugareños. Pero resulta un tanto descabellado narrar una historia fantástica,
porque ciertamente no es realismo de ningún tipo, pero no existen elementos
suficientes para iniciar el relato.
Es interesante, sin embargo, que mi mente divague por
lugares no acogedores, muy a lo Europa del medioevo, al estilo de lo que recrean películas
como El perfume o Los miserables: callejones oscuros, húmedos, hostiles. En
fin, no una imagen que brinde solaz. Así lo reconozco cuando mis facultades momentáneamente
entumecidas recobran la conciencia, cuando las escamas de tinieblas caen de mis
ojos, y el estupor de pensamiento que nubla mi razón se aleja. No puedo ceder ante
tal debilidad porque no es práctico, creíble, y porque es inequívocamente
firmar una capitulación, rendir un batallón siempre listo para la defensa,
desfortificar todas las murallas que se han levantado con un propósito especifico
de auto preservación. Es la negación de lo humano, la necesidad de lo sobre
humano, lo sobrenatural. Y en cierta manera es querer creer que lo que el común
llama ficción es una realidad desconocida, oculta de sus mentes polutas de
vanidad, de lo evidente.
Parece más que justo darse licencia de creer en mundos
mejores. Mundos donde las posibilidades son infinitas. Mundos donde los
personajes puedan ser una proyección de quien somos en la realidad. No hay que
enmascarase porque la libertad de representarse a sí mismo es una derecho personalísimo,
y las historias que se narran son las mismas, pero los desenlaces son siempre
felices, “podemos hacerlo con optimismo, que todos los cuentos
acaban bien” dice Chespirito.
Estas historias son tan diversas como la creatividad lo permite,
lo mismo sus personajes. Ellos, al igual que los ambientes donde se desenvuelven
sus acciones, surgen de la nada, formas etéreas, que vienen y van a discreción del narrador. En el
mundo real no son apariciones tan discrecionales, sorpresivas o casuales.
Ahora, sin son efímeros o no, es otro asunto. En mi experiencia la mayoría lo
son. Así como Esteban, vienen quien sabe de dónde y arman un alboroto, pero
nadie puede reclamarlos suyos:
“…y empezaron a rezongar que con qué objeto tanta ferretería
de altar mayor para un forastero, si por muchos estoperoles y calderetas que
llevara encima se lo iban a masticar los tiburones… así que los hombres
terminaron por despotricar que de cuándo acá semejante alboroto por un muerto
al garete, un ahogado de nadie, un fiambre de mierda.” Garcia Marquez y su elocuencia. Y mi inefable capacidad de plagiar las palabras de los grandes pensadores.
Cualquiera puede atribuir autoría sobre cualquier cosa a
cualquier persona, y según he encontrado, un renombrado poeta dijo que todos
necesitamos alguna vez un cómplice que nos ayude a usar el corazón. No me recrimino la frugalidad de mi proceder cuanto a este tema. Ni mi desproporción en cuanto a muchos otros. Sí he de objetarme que con tanta prisa haya salido que dejé una puerta
entreabierta. Todos
tenemos derecho a un poco de idiotez de vez en cuando. Hay luces que
deslumbran, pero esa ceguedad es momentánea. Con mayor cautela hay menos pisadas
en falso. Ese malestar encontró sosiego en las siguientes palabras entre Lily y Stefan Salvatore. El le brinda apoyo moral en su decadente estado de descontrol. Ella es mas asertiva en la crudeza de su respuesta:
“In
a few days, or months or years you’ll feel different."
"Why
does it matter if I’m alone? I suppose I’d be like you, wouldn’t I? Sad, and
alone...”
Ciertos episodios te invitan a una relativa introspección y a firmar pactos llenos de subterfugios. Nunca transijas contigo mismo. Que ningún viajero de paso, por más hermoso que parezca, tenga
jamás poder alguno para persuadir. Es una máxima, y hay que repetirla hasta que
el intelecto la lleve al corazón, y la razón lo asimile. La realidad es una. La
percepción varía. Seamos más fácticos y menos circunstanciales. Sigamos mejor
viviendo historias en nuestro universo paralelo, ese donde podemos ser lo que
queremos. Natural, o
sobrenatural. Vamos al país de la fantasía, por la veredita de la ilusión. Porque
si soñar es imaginar, y si imaginar es alimentar el pensamiento, pues
alimentándonos de ilusión vamos a tener imaginación.
…“Being
supernatural doesn’t change who you are. Deep down you know who you are and
what you want. Love’s always going to require a huge leap of faith. Big scary
leap over a hot pit of lava and you might end up heartbroken but you might be
the happiest person on the face of the earth…”
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