La insoportable levedad del ser
Día 30.
Lleno de particularidades, como todos. Lleno de memorias, muchas. Lleno de nostalgias, no pocas. Lleno de cierto aire de desesperanza, como siempre. Pero sobre todo, lleno de ausencias.
Recuerdo ese jueves con singular amargura. Cómo premeditadamente fijé la alarma un par de horas antes solo para desearte un feliz viaje y asegurarme que supieras que te iba a extrañar mucho. Cómo la noche anterior pareció eternamente triste. Y cómo me imaginaba los días sin ti. Aún respiro. Nadie es imprescindible. Pero cuan dificil es acostumbrarse. Yo no me acostumbro, a lo mejor por no tener nada mejor con que remplazarte.
En la película venezolana "La distancia mas larga", los personajes tratan de enseñar que a veces quienes están más lejos pueden ser las personas más cercanas, y viceversa. Y que la culpa, la duda y los resentimientos pueden alejarnos de aquellos quienes más queremos.
"El olvido está tan lleno de memoria que a veces no caben las remembranzas y hay que tirar rencores por la borda. En el fondo el olvido es un gran simulacro, nadie sabe ni puede, aunque quiera, olvidar".
Los días siguen pasando. Y me preguntaron como sería cuando regreses, y honestamente, no quiero pensarlo mucho. Será la misma escalvitud de no tenerte, solo que entonces no habrán mares de por medio. Será la misma ausencia. Será el mismo silencio sobre las cosas no dichas. Seremos el mismo tu y el mismo yo. Cada cual con su cristal, mirando un mundo distinto. Habrá que dejar de conjeturar.
Faltan veintitantos más, no habremos de apresurarlos. El día de mañana traerá su afán.
Y yo, en mi misma esquina. Viendo el mundo de a retazos. Tu, con tu largo periplo y tus maletas llenas, y tu memoria recargada, y tus fantasmas revividos, seguramente. Comenzaré quizá a conocerte de nuevo, o empezaré a desconocerte, quien sabe.
Ayer tuve un momento de esos que son hoy comunes. De esos donde me tengo para hacer lo que me gusta, donde voy viendo caras y gentes, donde la dama de la taquilla debe preguntarse extrañada si soy un loco solitario. Y puede tener razón, pero no importa. Entré a la librería como cruzando el umbral de la realidad. Y vi tanto que quisiera leer y vi tan poco dinero en mis bolsillos. Y encontré esa colección de mi amigo Benedetti, ese que parece comprenderme incluso mejor que yo mismo. Fotografías y fragmentos. Hermosa joya para quienes lo estimamos, y a su genio. En una de las páginas leía que "Un hombre alegre es uno más en el coro de hombres alegres. Un hombre triste no se parece a ningún otro hombre triste".
Ya llega el lunes. Otra vez el mismo vaivén del tiempo. Y esperar 7 días más para vivir la única cosa que me da alegría por estos días. Como me gusta el sábado de francés. Aunque me entristece un poco que sea por los momentos la sola razón de mis pocas alegrías, por breves horas apago todos los ecos que resuenan mientras aprendo, y sueño, e inevitablemente, pienso. En ti, en mi, en la vida.
"Un día, todos los elefantes se reunirán para olvidar. Todos menos uno".
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