C'est la vie qui va toujours

Cuesta un poco ser feliz. Pero uno va tratando de esconder tristezas bajo la alfombra. No es tanto que sean tristezas, a lo mejor. Es más como un dolorcito de vivir cada día ante la inercia de las circunstancias. Es el pensar y repensar como torear esos pensamientos que lo llevan a uno al borde de la locura. Para regresarse porque no se tiene la valentía de perder la cordura de una buena vez. Así ya me conozco mis días, y cuando me sorprenden las cosas, las doy por temporales, pero jamás por definitivas.

El rango de las intensidades ha de ser hereditario. Hablar de silencios en una isla donde la tormenta ruge, es bastante metafórico. No tengo las palabras precisas, pero así mas o menos va. Y me pregunto que se quiere oír, cuando habiendo hablado no hubo ningún oído presto. Ya no hay reconsideraciones, porque no me place. Porque hay misterios que no merecen develarse, y porque, a fin de cuentas, ni siquiera hay tal misterio. Y si así fuere, habría que buscar al mejor criptólogo para que descifrara el mensaje. Porque a estas alturas ni yo mismo lo comprendo del todo.

Así pues, démosle tiempo al tiempo. Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar; un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar; un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse; un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar; un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.

Que algunos tiempos son mas largos que otros. Que algunos tiempos pasan desapercibidos. Que algunos tiempos nunca llegan. Que algunos tiempos duran una eternidad.

Uno vive al día. Sin chance de proyectar mucho. Y eso si que despierta temores. Lo desconocido. La incertidumbre del futuro. Lo que hoy es, y mañana cambia. Uno aprende que toda buena hora es pasajera. Y en eso debe arraigarse la esperanza de cambios. Que lo malo no es para siempre, y lo bueno, mucho menos.

Me conversaba de mejores tiempos. Lleno de ese infinito anhelo de algo distinto, donde nadie perturbe mi derecho a no ser molestado. Donde venir a trabajar no sea una tortura, y pensar en irse no la amplifique. Donde no sea necesario vagar en soledad para evadir aquello que uno no tolera, sino que el fin de la jornada sea el reposo del alma. En quietud, en silencio. Y me preguntas por qué
deambulo? Porque pienso mil mundos distintos al ritmo de canciones que disfruto escuchar. Y porque así como dije con honestidad, no tengo nada que hacer. Y en la calle, nadie me perturba mi tempestad interna con sus asedios. Y porque mi lugar de paz no es propio, y puedo llegar fácilmente a acostumbrarme. A esa liviandad del aire que se respira, a esa compañía que calma los resquemores de la soledad. Y cierto es, si no pregunto no sabré si hay espacio para mi, pero tampoco soy devoto de crear una costumbre de que llenes ese espacio, porque aún no soy inmune a todo lo que eres.

Caminar junto a ti. Escucharte. Disfrutarte. Es mi mejor pasatiempo. Cada vez es distinta, porque son demasiadas historias vividas. Porque son siempre primeras veces, como una eterna primera cita, pero con el sentimiento que el tiempo incuba.

Es sabores, aromas, visiones, sensaciones y el poder del verbo, todo confluyendo a la vez en torno a lo que eres. Lo sé, soy tu más ferviente admirador secreto. Con la diferencia de que todo ha sido explícitamente demostrado. Una propia versión de comer rezar amar, solo que la adoración es endiosamiento idólatra, y el amor esta vetado.

Ha de ser la afición por la lectura, la que me va ayudando a recrear todo lo que veo mientras escucho de tus viajes. Como voy dibujando todo lo que pintas con palabras, como si por arte de magia surgen imágenes a medida que las describes. Y así, de cierta forma, viajo yo también. Hasta el día que sea un viaje sin retorno. A la más hermosa de las fantasías, o la más cruenta de las realidades. Je ne sais pas.

Mais c'est la vie qui va tojours. La vie va mieux. Pour vous et pour moi. C'est la vie qui va!








Comentarios

Entradas populares de este blog

Ojalá nunca hayas leído nada de lo que te he escrito...

En libertad

Invicto