Utopías
Repitiendo historias tal vez. Reviviendo el mismo suceso, como explica la filosofía zen. Y tropezando con la misma piedra. Ya me conozco el relato.
¿Voy al volver al hueco de mis eternas miserias? No lo sé.
No quiero más de lo mismo. Quiero más y mejor. Merezco algo digno de contarse. ¿O será que en definitiva no lo merezco?
Tiempo al tiempo. Ya vendrá la siega. El campo se pondrá blanco. Y si no, tendré esta memoria de mierda para revivir esos recuerdos cuando la soledad consuma. Lo peligroso es que los traiga de vuelta con un Phoenix stone. A sus cuerpos descompuestos. Sentiría esa misma emoción de Rick al escuchar sus voces una última vez. Despedirnos. Y cerrar sus ojos con verdadera ternura, para que ellos y yo, juntos, descansemos. Yo de mis incesantes anhelos de lo que no consigo, y ellos de mi mal llevada necesidad de convertirlos en mi baluarte.
Ya no me queda sino mis rutinas, nuevamente a la deriva de los vacíos que dejan. Y mis congojas del alma, que voy drenando a cuentagotas a través de cigarrillos.
Hasta que me convierta en lo que debo ser, y me haga digno de alguien con quien construir castillos celestiales de aquello que hasta hoy no existe sino en mis sempiternas utopias.
Comentarios
Publicar un comentario