Mi mejor versión

No sé como titular estas líneas. He ido leyendo y releyendo todo lo dicho y a veces, debo ser honesto, me aburre un poco. No porque no sea lo que en realidad vivo, sino porque es encadenarse a una utopía perpetua. Y los golpes contra la realidad han sido suficientes como para frenar de una vez por todas tan absurda esperanza.

Uno debe abrazar esa realidad, aunque parezca cruel y dolorosa. Y aunque provoque sentir todo el dolor que queda sin mayor dilación, para asegurar el fin del tormento, debe esperar con suficiente paciencia a que todo se agote a su tiempo. Pero las excusas si se han acabado todas. Entonces, sin más excusas, debe ser pertinente borrar el daño de estos días oscuros, reconocer quien soy, donde estoy y lo que la vida misma dispuso para crecer y avanzar.

Damon enfrentó su infierno. Su tormento sin fin era la aceptación de un profundo sentimiento de abandono. Y fue entonces cuando su espíritu se liberó de la cautividad del Phoenix stone. Para avanzar debía, sin embargo, deshacerse de los pesos morales que lo inhibían de ser sí mismo. Así, si bien bajo el sesgo y el engaño, pero actuando como su propio agente, encendió en llamas el cuerpo de su amada Elena, para entender que su memoria, si bien lo convertía en alguien mejor, no era si mismo sino una versión reprimida de quien es en verdad. Entonces, la moraleja esta en abrazar uno mismo su individualidad, liberar el pasado, y asumir las consecuencias de vivir en el presente.

Yo debo aprender a hacerlo. Han sido 5 meses alimentando esas ideas de un pasado alegre y un presente miserable. Pues es tiempo de volver al aquí y al ahora. Y reconocer que lo perdido duele, pero es inevitable. Y que tanto hoy como ayer, la expectativa es realmente irrealizable, falsa, condescendiente e inútil.

Quemaré mis ataúdes. Dejare libre aquello que nunca fue mío y que me mantiene ligado a un pasado que no vuelve. Pero trabajaré por ser entonces mi mejor versión.

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