... And Life doesn't stop for anybody
Todo este tiempo ha sido un asombroso ejercicio de retrospección. Ir atrás en el tiempo ya no parece ficción, sino una grandiosa habilidad de la memoria para revivir fantasmas. Como si fueran gigantes dormidos que se despiertan para destruir todo. Es como escuchar el tic tac del reloj y sus revoluciones inversas, hasta llegar a esos días. A ese domingo en que esperé por una llamada que no llegó hasta bien entrada la noche, y que a pesar de ello acudí, porque mi sire bond no se negaba a nada de lo que tu boca expresara. Fuere un deseo o una sugerencia. Yo cruzaba mares infranqueables, y violentaba todos mis pactos de autodeterminación para pasar un breve instante contigo.
Recuerdo que esa noche hace mas o menos un año, rompíamos papeles viejos, organizábamos lo útil, desechábamos lo viejo para dar paso a todo lo nuevo que la vida te daría en tu nuevo lugar. Ese lunes continuaba todo. Esa tarde no nos vimos. Pero el martes habíamos acordado vernos para terminar de ayudar con tu mudanza. Éramos un equipo. Tu confiabas es mí. Y yo era quizá no la ayuda más idónea, pero si la siempre disponible. Ese martes cenamos juntos como era costumbre. Y volvimos a la quietud de ese apartamento para conversar. Pensar. Sentir que ese ciclo concluía para ti. Y también para mi de cierto modo. Yo con la tristeza inmensa de tu partida inminente. Y las lágrimas prestas, y el corazón compungido. Y aquella carta escrita y reescrita hasta que dijera lo mas parecido a lo que yo sentía.
He vuelto a sentir la tristeza de tu ausencia. He vuelto a recibir ese tormento del alma que me hacer sentir perfectamente inadecuado para todo. Estancado. Inmóvil. Viendo la vida gastarse frente a mis ojos.
Y me detuve a pensar: que mi rutina no implica que las tuyas sean similares. Que hay vidas que si cambian en el lapso de un año. Que quizá ya no estas cerca. Que quien sabe donde irás. Que no puedo inferir nada sobre ti, más allá del hecho que tu vida ha seguido su curso, sin variación alguna. Que ir recordando es como ir muriendo un poquito cada vez.
La vida sigue. Para todos al menos. Echo un vistazo a mi alrededor y los veo moverse, avanzar. Y yo, en el mismo sitio de siempre, con las mismas penas. Con las mismas nostalgias. Con las mismas ganas de vivir.
Hace un año la vida tenia al menos algo que contar. Pero las cosas cambian. Los amigos se van.
Y la vida no se detiene por nadie...
Comentarios
Publicar un comentario