O, where art Thou?

Hoy es apenas el día 3. Aunque la ausencia prescribió la víspera de ayer, es hoy que las secuelas se sienten.

No hay ni cigarrillos para engañar la mente un rato, o distraerla de todo lo que parece negativo. Se mezcla la ansiedad, el hambre y la melancolía. Te extraño. 

Ya intenté la lectura, la tv y el silencio. Nada sirve. Pero te busco aun, como para sentirte cerca porque no estas, "pero una palabra tuya bastará para sanarme".

Conversaciones de bolsillo. Sencillas y corteses. A eso nos resumimos cuando no hay reclamos. Y mejor así. Son las connotaciones las que nos han apartado. Hoy no se si es costumbre a esta dinámica entre ambos. Es lo bueno de tu carácter. No tener apegos ahorra montones de angustias.

Me siento apabullado por las circunstancias. Y mientras divague en ello, me sera imposible una actitud distinta. Estoy en ese punto donde todo me perturba. Y me desespero porque no encuentro soluciones, y cada día aparecen nuevos problemas. La vida dejo de ser vida para convertirse en un inmenso laberinto de situaciones. Y mi sentido de orientación es precario. 

No se si seguirás apostando. Yo hoy me siento perdedor. Mi estima propia es una fábula. Y lo que hemos sido nos hace pérfidos sin escrúpulos, o de otro modo yo no estaría escribiéndote sandeces que jamas sabrás.

Te dije que te extraño. Es la razón de estas lineas. Aunque realmente no te lo vaya a decir.  

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