But I'll come back and see you again


“El violonchelo correspondía a un momento muy armonioso de mi vida. Un día rompí mi arco y muchas cosas cambiaron. Fue extraño. Pero siempre lo conservé hasta que me fui a México…”
Cada vez que  por casualidad llego a Tanita Tikaram “Valentine Heart” tengo que huir. Cambiar la canción rápidamente. Buscar algo diferente, y si se quiere hasta alegre. Pero ayer fue diferente. Jugando el siniestro juego de lo que ya no importa me arriesgué a escucharla. Siempre la evito por una razón obvia, y es el emotivo recuerdo que me trae de aquella historia: Paris, quien sabe, hacia los 80. Y me contabas que aprendiste de memoria los acordes de esa canción y la tocaste delante de tu mama, para demostrarle que merecías que pagara por tus clases de violonchelo. Y la escuchamos creo que un par de veces. Y fue inevitable no enamorarse de la melodía, y aun más, de la letra.
Ayer la escuche con un coraje ilusorio que me dejo en evidencia. Es un harakiri mental. Pero tampoco es que necesite una canción para pensarte.
Y entonces llegas y me cuentas que has encontrado el vilonchelo de tu juventud. Y que te sientes nostálgico de recordar todo lo que viviste durante eso anos, y que incluso quisieras volver a tocarlo. E inevitablemente yo pienso en Tanita, y en cuantas veces la he ignorado para no darle cabida a esa tristeza inmensa. Pero me alcanza, sin importar donde me esconda… 
  
If I could have held you once more in that light.
It's nothing to you, but it keeps me alive like A Valentines day, 
it's a Valentines heart, anyway
I want to see you again. It's so simple and plain. But I'll come back and see you again

Hoy nada ha cambiado. Y deberia, teoricamente. Pero no me basta tratar de olvidarte. Esta vez Maquiavelo se ha equivocado: El fin no justifica los medios. Y aunque los medios se hayan justificado, por razones obvias, el fin no se ha conseguido. Entonces, todo esfuerzo es en vano.
Han sido noches largas. Extrañamente largas. Y hay sueños recurrentes. Esos que te despiertan de repente y te dejan en vela. De los que hacen pensar. Así conocí a George, a Single man. Abrumado por la trágica pérdida de su compañero de vida durante 16 años, Jim. Su vida se convierte en un constante recuerdo tanto de los momentos que le brindaron felicidad, como del shock emocional de enterarse de la muerte de Jim por un desconocido a través de una llamada telefónica.  El ir reviviendo ese momento vez tras vez, y sumirse en la más profunda de las depresiones,  lo llevan a vivir un día eterno, donde, todo bien dispuesto, esta sobreentendido que será su ultimo. Es espeluznantemente conmovedor ver como el vacio de la vida le lleva a acomodar metódicamente sus finanzas, escoger su atavío para su funeral, y despedirse de todo el que considera apropiado. Aun su mejor amiga, una ex amante de juventud, desconoce su profundo proceso de  dolor emocional.
Una nueva luz de esperanza le da la oportunidad de pensar que nuestras circunstancias son, simplemente las que son. Que hay cosas que no podemos cambiar. Que el pasado es inevitablemente incorregible. Y el presente está íntimamente relacionado.

Waking up begins with saying am and now. That which has awoken then lies for a while staring up at the ceiling and down into itself until it has recognized I, and therefrom deduced I am, I am now. Here comes next, and is at least negatively reassuring; because here, this morning, is where it has expected to find itself: what’s called at home[…]
A few times in my life I’ve had moments of absolute clarity. When for a few brief seconds the silence drowns out the noise and I can feel rather than think, and things seem so sharp and the world seems so fresh. It’s as though it had all just come into existence.
I can never make these moments last. I cling to them, but like everything, they fade. I have lived my life on these moments. They pull me back to the present, and I realize that everything is exactly the way it was meant to be.”
A veces siento el mismo desconsuelo que George. No por similitud de hechos, sino por simplemente identificar parte de sus añoranzas. Ese constante hacer que no resulta sino en acciones huecas, llanas, sin mucho sentido. Y una de las mejores cosas que pude aprender de él, respecto al futuro, es que no necesitamos ser optimistas respecto a lo que viene, si nuestro presente no lo estamos disfrutando.

“I want to see you again. It's so simple and plain. 
But I'll come back and see you again..."



Comentarios

Entradas populares de este blog

Ojalá nunca hayas leído nada de lo que te he escrito...

En libertad

Invicto