Verdades, falibilidades y conjeturas

Un axioma es "una premisa que, por considerarse evidente, se acepta sin demostración, como punto de partida para demostrar otras fórmulas". Tradicionalmente los axiomas se eligen de las consideradas «afirmaciones evidentes», porque permiten deducir las demás fórmulas. Debe ser imposible deducir dos conclusiones que se contradigan mutuamente. Pero en el siglo XIX se demostró que modificando de cierta manera los axiomas de Euclides se podían constituir geometrías diferentes y también consistentes. A partir de ese momento, la gente ya no sabía cuál de esas geometrías era la verdadera. Tal vez la pregunta no debería ser cuál es la verdadera sino cuál es la útil.
Según el Merriam-Webster's Online Dictionary, verdad se usa frecuentemente para significar la coincidencia entre una afirmación y los hechos o la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea.

El falibilismo es la doctrina lógica que sostiene la posibilidad de que una proposición dada puede ser negada cambiando su valor de "verdad", y a partir de ella obtener una nueva discriminación certera acerca de lo conocido. Según la Real Academia de la lengua española, es el riesgo o posibilidad de engañarse o errar una persona y, por extensión, una entidad o una cosa abstracta.

Por conjetura se entiende el juicio que se forma (moral, ético o matemático) de las cosas o sucesos por indicios y observaciones. En matemáticas, el concepto de conjetura se refiere a una afirmación que se supone cierta, pero que no ha sido probada ni refutada hasta la fecha. Una vez que se demuestra la veracidad de una conjetura, esta pasa a ser considerada un teorema de pleno derecho y puede utilizarse como tal para construir otras demostraciones formales.

Ninguna de las definiciones anteriores es de mi autoría. He recurrido a diferentes portales para satisfacer de la mejor manera posible mi propia necesidad de conocimiento. Tal vez uno de vez en cuando (yo periódicamente) se pone a filosofar sobre temas que no domina. Pero, debo decir, no son estos frutos de mis meditaciones profundas, sino secuelas de conversaciones tenidas por aquí y por allá.

Quizá fue mi culpa, por aquello de andar viendo documentales. "Como yo he detestado las matemáticas" fue transmitido por TV5 Monde en días pasados. Una serie de historiadores, matemáticos y estudiantes hablaban de dicha ciencia, para bien y para mal. Particularmente me llamó la atención una de tantas afirmaciones. Parafraseo: "Los matemáticos son incapaces de sentir. Ellos no ven mas allá de la naturaleza de las cosas, tal cual son expresadas por la exactitud de la ciencia. Por ejemplo, un queso no representará mas que eso. No pensará en su sabor, su olor, o su textura, sino en sus dimensiones, su circularidad y su forma". Mi cita fue debatida, y no con un argumento convincente, sino con la simpleza de un albañil. Cheers to that.

Así pues, surgió todo este tema del conocimiento. Aprendí que los estudiantes franceses nos llevan una morena, porque mientras en bachillerato ya ellos ven cálculo matemático, nosotros nos damos ese primer coñazo al inicio de la universidad. Y que el modelo francés permite que en cualquier lado del planeta un estudiante pueda conservar el mismo ritmo de aprendizaje sin importar en que lugar del globo se encuentre. Y que hay mas de 140 posibles plazas para reubicarse. Y que según, yo estoy echando al musiú de Venezuela. Etcétera.

La verdad es esta: uno va por la vida haciéndose preguntas, sin imaginar la posibilidad de que tengan respuesta. Uno, que por diversos medios ha intentado ser no tan común, se encuentra algo extraordinario. Mas de una vez me encuentro como Ally McBeal golpeando a mi interlocutor sobre la mesa que nos separa, porque la conversación me aburre, infiero con precisión la respuesta, o redundamos sobre un tema que me resulta predecible. Y luego llega aquel que nunca se queda callado, porque tiene el don de haber caminado por la vida absorbiendo cuanta información estuviere disponible. Algo así como el ensueño de alguien mas atraído hacia la inteligencia que a la buena anatomía, sin denigrar de ella. Y encontrábame yo en aquella epifanía, cuando recordé aquello de que sentirse atraído por la inteligencia no es amor, sino admiración. Y es que recuerdo, con vívida memoria, ese halo de luz que le rodea cuando habla de aquello que yo ignoro, pero que se abre ante mi como una fuente de conocimiento. y me pregunto las razones por las cuales un ser de tan magna inteligencia, de no pocas virtudes mas banales, y de muchísimo dinero entre sus haberes, se confina (relinquish himself more apprpriately) a una existencia tan vacía como la suya. Mientras yo, con miles de suenos inconclusos, me confino a una expectativa que contrasta con mis limitados medios.

Hablamos de la matemática como única ciencia exacta, que no se apoya en ninguna otra para alcanzar su fin, sino que es en si misma el objeto de su estudio. De como la física estudia la realidad, pero la matemática estudia la verdad. Así llegamos a todo el cuento de las VFC, según mi introducción. Y yo pensaba que tener a este personaje como maestro seria un deleite extraterrenal. Sin embargo, a la edad de sus alumnos uno no piensa esa cosas (yo las pensaba por el hecho de nunca haber sido normal).  Y seguía considerando aquello de que coño es lo que finalmente me sucede, y vi el bombillo oblicuamente dibujarse a la derecha de mi testa, con el pensamiento inequívoco que me repetía: Recuerda a Platon, idiota.

"En esto consiste la "idealidad" del amor platónico: no en tener un amor inalcanzable, sino en amar las formas o ideas eternas, inteligibles, y perfectas. No hay en absoluto elementos sexuales, sencillamente porque el auténtico amor para Platón no es el que se dirige a una persona sino el que se orienta hacia la esencia trascendente de la Belleza en sí.

"A continuación, debe considerar más valiosa la belleza de las almas que la del cuerpo, de suerte que si alguien es virtuoso del alma, aunque tenga un escaso esplendor, séale suficiente para amarle, cuidarle, engendrar y buscar razonamientos tales que hagan mejores a los jóvenes, para que sea obligado, una vez más, a contemplar la belleza que reside en las normas de conducta y a reconocer que todo lo bello está emparentado consigo mismo, y considere de esta forma la belleza del cuerpo como algo insignificante." "

Platón, en sus famosos Diálogos, sostenía que el amor al conocimiento, a la sabiduría y a la belleza es lo que según este filósofo se encuentra en el origen del amor, lejos de todo tipo de alusión pasional. Un individuo, pensaba Platón, encontrará el amor cuando tenga una visión cercana a la que se tuvo como alma en la cual se apreciaba sobre todas las cosas la belleza mientras se contemplaban las ideas, en tanto, esa luz sobre la belleza se encontrará en el cuerpo de la persona que se ama o que se empieza a amar. La visión del alma del otro es lo que Platón consideraba como amor profundo.

... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/social/amor-platonico.php

Platón define al amor como un profundo conocimiento de la otra persona después de la visión "alada" que nos hace "recordar" la persona a la que comenzamos a amar. Pero  nos hizo ver que es un amor entre hombres que se trasmiten conocimiento, amor homosexual, ya que la mujer en ese entonces era vista como sujeto pasional de los deseos más eróticos y también como madre. Por tanto el amor según Platón se produce entre los hombres después de haber llegado a una plenitud en la comunicación sobre conocimiento y filosofía, acercamiento que se produce después de la visión de esa alma.

Podría extenderme infinitamente sobre este asunto, pero no vale la pena volver al cuento del gallo pelón. Porque, luego de las verdades que uno va reconociendo, va también identificando esos puntos falibles. Es un ejercicio de autoevaluación, con el cual uno va haciendo el check sobre todo lo que diverge de ese ideal, a fin de no embelesarse con ideas abstractas de una realidad completamente simple. y Finalmente, comienza a inferir sobre sus juicios, en base a lo observado. Conjeturar, pues.

Muy gracioso es ver cuanto nos hace comunes, quizá no en lo que sabemos, sino en como somos. O quienes somos. Eso debe servir de lección, al menos hasta cierto punto, para identificar que es lo que no quiero llegar a ser a esa edad. Yo ambiciono no estar en este plano para entonces, pero es imprevisible. Y si algo puedo afirmar, es que la vida es injusta con las almas mas caras.

El día que pueda sentir lo mismo con otra persona, sabré que todo es relativo, y sujeto a determinadas circunstancias. Cuando con alguna otra persona no sienta esa decepción de ganador, a quien hay que otorgarle placé por su propia impericia, o por mi eterna misantropía.

Locos estamos todos. Ya que importa reconocer las locuras ajenas.Misterios guardamos todos. Pero yo tengo un extraño delirio por descubrir los de otros. Aunque implique perder. Por que a veces, perdiéndose, uno se encuentra mejor.

Al principio uno no tenia nada, mas que un boceto o un diseño. Sueños seguidos de pequeños puntos. Idilio supremo tomados de la mano. De fotos hermosas que recordamos.
Si uno acuerda un poco de tiempo simplemente para reflexionar sobre todo, antes de ser los únicos perdedores. Antes de la amargura, antes de la tormenta. Absolutamente nunca se tiene tiempo para esperar. Porque uno se pierde para unirse mejor, porque el presente ya no nos retiene. El más mínimo aliento nos destruye, y nos dispersa por el viento... 

No sé si nosotros mismos nos perdemos, o lo hacen nuestras verdades, falibilidades y conjeturas.



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