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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Only true love can melt a frozen heart.

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La nostalgia de la Navidad. Los recuerdos de las navidades pasadas. Los flashbacks de El Vigía, como una nebulosa sentimental. La Navidad pasada que fue inmemorable. La vida. Sus giros. Sus vericuetos. Si inexplicables casualidades. Y, por supuesto, el presente. Cuando nos hallábamos resignados a la muerte súbita, a que lo conocido cesara y diera paso a la incertidumbre, milagroso como parece, nada de lo que previmos sucedió. Era como tener una bomba de tiempo que desactivamos segundos antes del estallido. Y aunque estábamos listos para volar en pedazos, nos queda el azoro y la agitación, el estrés postraumático y la sonrisa del menos mal. Hace 18 navidades que Pablo partió. Veremos si alguna lágrima corre in memoriam. Es mi primera Nochebuena fuera de casa después de mucho tiempo. La verdad no hay mayores motivos para reconocer la fecha como especial. Y si los hubiere, mentalmente hago neto ese balance para comedir sentimentalismos exacerbados. A veces no sé si he encontrado ...

La mitad perdida de nosotros mismos.

Hay un tráfico incesante de pensamientos que atosigan mi cabeza, como buscando en sí mismos alguna manera de ser ordenados en base a un catálogo inexistente pero necesario, que aligere la carga y permita que las tormentas interiores encuentren paz. Cuando los pensamientos atormentan, es mejor escribir, para que esas mil atmósferas que amenazan con destruirlo todo en un metafórico Hiroshima se dobleguen aunque sea un poco. Según Kundera, “es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia”. De allí parten muchas de nuestras inseguridades, o al menos, una buena parte de ellas cuando decidimos hacer camino con alguien. El ser humano posee un asombroso poder regenerativo, que es capaz de enmendar hasta el alma más torturada. Aún cuando esas torturas sean autoinfligidas, y tal sufrimiento no sea más que el desencuentro de expectativ...

Season finale

Y, de repente, todo dejó de ser.  Sin previo aviso, sin anunciarse, sin darnos tiempo a recobrar el aliento. Sin dejarnos imaginar como sería la vida cuando faltase aquello de lo que nos quejábamos con insistencia. Fué casi ilusorio. Era ver pasar frente a los ojos una historia que se contó con risas, con alegría y con mucha vivencia.  Crecer y aprender, evolución constante. Mirar el pasado y sentirse satisfecho. De quien estuvo, y de quien ya no está. De lo que una vez fuimos y ya no somos. Pero sobre todo,  de saber que el tiempo fue generoso,  y la vida complaciente. La rutina aburre siempre, pero se hace necesaria. Y hoy,  en la hora de las postrimerías, sé que serán añoranzas. Llegué lleno de juventud. Parto lleno de experiencia. Menos maleable, más resabiado, más confiado y menos temeroso. Más a gusto con quien soy que con quien era. Pero siempre lleno de nostalgia. Hubo am...