Only true love can melt a frozen heart.
La nostalgia de la Navidad. Los recuerdos de las navidades pasadas. Los flashbacks de El Vigía, como una nebulosa sentimental. La Navidad pasada que fue inmemorable. La vida. Sus giros. Sus vericuetos. Si inexplicables casualidades. Y, por supuesto, el presente. Cuando nos hallábamos resignados a la muerte súbita, a que lo conocido cesara y diera paso a la incertidumbre, milagroso como parece, nada de lo que previmos sucedió. Era como tener una bomba de tiempo que desactivamos segundos antes del estallido. Y aunque estábamos listos para volar en pedazos, nos queda el azoro y la agitación, el estrés postraumático y la sonrisa del menos mal. Hace 18 navidades que Pablo partió. Veremos si alguna lágrima corre in memoriam. Es mi primera Nochebuena fuera de casa después de mucho tiempo. La verdad no hay mayores motivos para reconocer la fecha como especial. Y si los hubiere, mentalmente hago neto ese balance para comedir sentimentalismos exacerbados. A veces no sé si he encontrado ...