Think of me fondly, when we've said good-bye
Leí por ahí que si un escritor se enamora de ti, jam á s mueres. No quisiera considerarme tal cosa, pero hago el ejercicio de ir plasmando en letras aquello que ronda en mi mente sin descanso alguno. Si la vida fuese un poco m á s simple, un poco m á s permisiva, quizá entonces habría sido escritor. Viviría continuamente enamorado de mis letras, mis vivencias serían un legado permanente en las hojas del tiempo, y sería verdaderamente feliz. Si no hubiera escuchado a la siempre excelsa Gladys de Melo, habría seguido a mi corazón, y contado historias distintas. No me secaría detrás de este escritorio, viendo como se me marchita la vida con cada minuto. Viviría en un eterno idilio con los grandes de la literatura, y olvidaría mis muchas penas. Pero no soy escritor. Mucho ha cambiado la vida. Mucho de lo que era, ya no es. Muchos de los que ganaron un afecto distintivo, hoy son basura mental. De esa que contamina los sentidos con acechanzas interminables, como fantasmas de un p...